El Gerente de Investigación y Desarrollo en Aplicaciones Nucleares a la Salud de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Gustavo Santa Cruz, charló con Luciana Rubinska y Jaime Perczyk en Radio 10 sobre el avance que significa este tratamiento para pacientes oncológicos.
¿Qué significa la protonterapia y qué importancia tiene la UBA? ¿Qué importancia tiene la Argentina y en cuánto puede cambiar a los infantes de nuestro territorio?
Voy a tratar de explicar primero cuales son las distintas alternativas que tienen los tratamientos oncológicos, una de las tres herramientas fundamentales es la radioterapia (la utilización de las radiaciones). Generalmente trato de hacer una analogía con las cosas para que se entienda y ver las diferencias, en este caso la analogía es pensar en un ejército que tiene que combatir un enemigo y ese enemigo está instalado en una ciudad donde hay gente que tiene que proteger y contamos con una artillería que tiene que tener buena puntería y proyectiles. La radioterapia estándar o los rayos x que nosotros utilizamos para el tratamiento radiante tiene muy buena puntería pero son proyectiles de bajo calibre. Cuando uno tiene un tumor (por ejemplo, en una zona complicada porque hay estructuras críticas para proteger o el tumor es resistente a la radioterapia hay que cambiar de estrategia) de alguna manera si mejoramos la puntería y usamos otro tipo de proyectiles de mayor calibre veamos como resulta. Eso es la protonterapia: utiliza partículas mucho más pesadas que las que se utilizan en la radioterapia estándar. La radiación es mucho más pequeña. Los protones son más pesados y la característica que tienen es que en algún momento paran, los rayos x por más que se atenúan a lo largo de su camino en el tejido siempre están irradiando más allá del tumor. Servirá mucho para los pacientes pediátricos, que son el caso obvio, porque uno espera una calidad y expectativa de vida a lo largo de todos sus años y como están en desarrollo son muy sensibles a los efectos secundarios.
¿Este es el primer equipo que habría en Argentina para esta terapia?
Si, por supuesto, no solo en Argentina sino en toda Latinoamérica y me atrevería a decir que por el tipo de tecnología que vamos a instalar es el primero del Hemisferio Sur.
¿Sería un trabajo en conjunto entre la UBA y la CNEA en el Hospital Roffo?
Exactamente, el, centro se está construyendo en este momento en los terrenos vecinos al Roffo.
La Argentina podría tratar más de 5000 pacientes por año, si hacemos la cuenta con toda Latinoamérica los números son muy importantes.
¿Cuándo calculamos que esto estaría funcionando?
Claramente se retrasó el proyecto, pero uno estima que en dos años el centro estaría operativo y comenzaría a tratar pacientes.
¿Cuántos niños estiman que se pueden llegar a curar?
La estadística por suerte en el cáncer pediátrico no es el más frecuente, el tema es que son los más críticos y son los que más posibilidad tienen con este tipo de terapia. Uno habla en general de 120 pacientes por años por millón de personas que se beneficiarían con esta técnica. La Argentina podría tratar más de 5000 pacientes por año, si hacemos la cuenta con toda Latinoamérica los números son muy importantes.
¿Por qué esto se puede hacer en la Argentina entre una universidad pública, un organismo del sistema científico público y un hospital universitario?
La razón principal es que somos instituciones de investigación y desarrollo. La UBA es una institución académica, la CNEA también lo aplica a través de sus institutos Balseiro, Dan Beninson y Sábato. Siempre se ha trabajado con este tipo de tecnología y conocemos las bases científicas y tecnológicas que fundamentan la protonterapia. De hecho, en CNEA tenemos un proyecto de hace muchísimos años que es usar los neutrones de un reactor para utilizarlo en tratamientos clínicos. Hacemos lo que se llama terapia por captura neutrónica, que se desarrolla en el reactor de Bariloche. De alguna manera es familiar para nosotros trabajar con tecnología de avanzada y con radiaciones diferentes a las habituales.
¿Qué significa para usted en lo personal y profesional?
En lo personal, es básicamente pensar en el producto final de toda la investigación y el esfuerzo que uno pone. Este producto final es el paciente y es el que se va a beneficiar, el hecho de que esto surja de instituciones públicas hace que ese beneficio pase a todos. Ese es el objetivo de nuestro trabajo en cuanto a instituciones públicas.
A través de la generación del plan Nacional de Medicina y Radioterapia en el Gobierno de Cristina Fernández se promovió y estimuló la creación de centros en todo el país para hacer una medicina nuclear federal, por eso este proyecto tuvo un gran impulso. Luego tuvimos que sostenerlo para que no dejara de existir, no fue el mismo apoyo del que existió durante esos años, ahora surge nuevamente con este gobierno de Alberto Fernández porque es la misma motivación y creemos que va a ser un punto de continuación y exitosa terminación.
Nos contabas de una obra civil que se inició en Nazca y San Martín en CABA. Hay una aparatología especial se supone…
Dentro de esta obra civil va a haber dos salas de protonterapia, que será la más alta tecnología que podemos contar al día de hoy. Y, a su vez, habrá dos sectores con radioterapia con rayos x pero de muy alta calidad, junto con un sistema de diagnóstico por imágenes muy avanzado y un laboratorio dedicado a la investigación y desarrollo con inmediata aplicación a la clínica. Eso es algo que nosotros vamos a trabajar en conjunto con los médicos del Roffo y los científicos de la CNEA vamos a llevar adelante para mejorar cada vez más estas técnicas.
¿La protonterapia puede cambiar la expectativa?
Creo que sí y hace falta más todavía. Uno debería pensar en centros adicionales tal vez más compactos, con menos costos en otras partes del país. Se puede comenzar a desarrollar esta red en las distintas provincias, esto es una semilla.
¿Es posible saber la inversión de esto?
Dos salas de protones tiene un costo de entre 55 y 60 millones de euros, con construcción y equipamiento. Es una inversión enorme y tiene que volver claramente a la gente que lo ha financiado.
¿También tenemos médicos, técnicos y enfermeros preparados?
El Roffo y el Garraham están muy capacitados y deberán ir a capacitarse al exterior sobre esta nueva radioterapia. Los conceptos son los mismos, la máquina es otra y la manera de prescribir el tratamiento es diferente, por eso hace falta también todo un plan de capacitación de recursos humanos que acompañe el proyecto, eso hay que hacerlo ahora en estos años.
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